Las 5 heridas de la infancia y sus máscaras

Las 5 heridas de la infancia y sus máscaras

Hola astrolovers, en la infancia podemos vivir experiencias negativas que nos generan heridas emocionales difíciles de sanar y se quedan en nuestra memoria evitando recordarlas, pero eso no implica que una vez que crecemos hay narrativas que se repiten una y otra vez.
Para poder reconocer y sanar a nuestro niño interior, debemos aprender a aceptar y amar incondicionalmente todas esas partes de nuestra sombra que hasta ahora han vivido ignoradas y con miedo. Aceptar nuestras heridas, es aprender a ser responsables para amarnos incondicionalmente, esa es la llave para la transformación y la sanación.

La sanación se produce totalmente cuando nos aceptamos, reconocemos nuestra parte de responsabilidad y nos perdonamos. Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación, si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida.

El padre del mismo sexo nos enseña a amar, a dar amor. El padre del sexo contrario nos enseña a ser amados, a recibir amor.

Las cinco heridas del alma más comunes son:
1. Rechazo
Esta herida es muy profunda, pues nos hace cuestionarnos  nuestro “derecho a existir”, a ocupar nuestro espacio en la vida por miedo a ser rechazado, esto repercute en una baja autoestima y dificultad para establecer vínculos sanos.
La máscara tras la cual se esconde está herida se llama “retraimiento", en la que el adulto vive en su propio mundo, son calmados, no hacen demasiado ruido y suelen pasar desapercibidos. 

2. Abandono

Esta herida se siente más al nivel del “hacer y tener”, se produce cuando un niño sufre una pérdida emocional o física significativa, no quieren reconocer su dependencia por miedo al abandono, y suelen creerse los más independientes pues no confían en el otro. 

La máscara tras la cual se esconde está herida es la "dependencia", en la que el adulto siente que no tiene suficiente alimento afectivo. 
3. Humillación
Esta herida se produce cuando el niño es ridiculizado, avergonzado o menospreciado, dando como resultado una baja autoestima acompañada de vergüenza y problemas para mostrarse tal cual es.
La máscara tras la cual se esconde está herida es el "masoquismo", en la que el adulto piensa que ayudando a los demás evitará que se sientan avergonzados de él.
4. Traición
Esta herida se produce cuando el niño experimenta una ruptura de confianza,  teniendo dificultades para lograr establecer vínculos saludables por el constante temor a ser traicionado. 
La máscara tras la cual se esconde está herida es el "control", en la que el adulto quiere mostrar al mundo que es digno de confianza, responsable, con palabra, fuerte e importante.
5. Injusticia
Esta herida se produce cuando un niño siente que no es valorado, respetado, que ha sido tratado de manera injusta o se le ha negado lo que considera justo, provocando resentimiento, ira y una sensación de desigualdad en las relaciones.
La máscara tras la cual se esconde está herida es la "rigidez", en la que el adulto es muy sensible, pero esconde su sensibilidad, actuando como si nada  tocara sus sentimientos. A los ojos de los demás parecen fríos e insensibles.
El proceso de sanar nuestro niño interior, consiste en reconocer y aceptar el dolor del pasado para reconciliarnos con nuestra historia de vida. Hacerlo te llevará a una gran transformación en la que dejarás de tener experiencias en bucle y te abrirás a vivir desde otro lugar.
  • Identifica y reconoce tu herida
  • Ámate sin juicios ni reproches, esto fortalece tu autoestima y te ayuda a sanar
  • Busca ayuda profesional

Con amor Karla, te deseo un bendecido día 🤍
Si te gustó, compártelo 
 
Regresar al blog
Todo el contenido que ves en este blog, se hace con la intención de ofrecer herramientas y guía sobre diferentes temas. No intentamos en ningún momento sustituir el trabajo de los profesionales de la salud mental.

Contacta desde:

Mail: myastrolovers@gmail.com

Móvil: +34 670-449287

Formulario de contacto